Muy unido al gremio de los espaderos toledanos, está la industria artesana de las armaduras, de honda tradición en la ciudad imperial desde la edad media. Actualmente su uso ha quedado prácticamente reducido a la decoración, y encontramos algunos de estos bellos ejemplos en las tiendas de recuerdos y damasquinos.
Una de las colecciones más importantes de armaduras toledanas se conserva en la parroquia mozárabe de Santa Justa y Rufina y pertenece a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. Se trata de un cuerpo de 27 armaduras de finales del siglo XVII que escolta a los pasos del Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad en la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo
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