La ermita de Nuestra Señora de los Santos se encuentra situada en el término de Pozuelo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real. Para hablar de su historia, nos tenemos que remontar a los tiempos de la reconquista, pues en el mismo cerro había un pequeño fuerte en aquella época. Se piensa que fue construída a finales del S. XV o principios de XVI. En cambio, la techumbre es de estilo mudéjar, estilo que se desarrolla entre los siglos XIII y XVI.
La planta es alargada, con el ábside poligonal. La antigua ermita dispondría de dos cuerpos separados por un arco fornero, y posteriormente se añadiría el tercer cuerpo, separado de los anteriores por una reja, tras la cual encontraríamos el refectorio, lugar dónde la cofradía de la Virgen de los Santos realizaría sus comidas.
Cómo elementos decorativos en la techumbre, nos encontramos, entre otros, ovas y dardos, motivos ornamentales de carácter clásico del Renacimiento. También hay decoración en forma de soga. Así mismo, las pinturas que adornan la ermita fueron realizadas en 1884, cómo agradecimiento a la virgen por librar a Pozuelo de una gran plaga de cólera. Éstas no fueron bien cuidadas, y se restauran en 1993 por última vez, aunque el resultado no fue muy bueno. La temática de las pinturas es relativa a la Letanía Lauretana. Además, en el arco que separa las dos partes de la ermita, podemos ver las cuatro cruces de las órdenes militares.
En 1930 es construído el nuevo refectorio y el antiguo pasa a formar parte de la iglesia, pues es donde ser recogen los exvotos. En el ábside se abren dos puertas que comunican la ermita con la sacristía y el camarín de la virgen.
La Virgen de los Santos se encuentra situada en el retablo todo el año, excepto cuando es bajada a sus andas para las romerías. La antigua imagen fue destruída durante la guerra civil, siendo la actúal talla de candelero y de vestir. De la virgen antigua se conserva el niño Jesús que está guardado en el museo, el cuál fue salvado por un vecino de Pozuelo. La romería más antigua se celebra durante el primer fin de semana de Septiembre y acuden centenares de personas para ofrecer sus promesas a la virgen. En el mes de mayo se fomentó otra romería, al salvarse el pueblo de la epidemia del cólera. Es característico también en este mes celebrar la llamada "misa de la justicia" a la que acuden las autoridades y después se hace una comida en la que se invita a todo el pueblo, en conmemoración a las que se realizaban antiguamente a la justicia (las autoridades de la época) También es tradicional la ofrenda floral a la virgen, y durante la procesión, a la que acuden fieles de todo el Campo de Calatrava, se hace un alto en un almendro, lugar en el que se apareció la virgen, se vuelve la imagen a Pozuelo y se hace una súplica.
En cuanto al retablo, está en consonancia con el pensamiento barroco. Se busca impresionar a los fieles, por eso lo decorativo adquiere un papel fundamental. Queda patente la sensación de movimiento en este retablo, por eso, casi en su totalidad está cubierto de hojarasca. Las columnas son de estilo salomónico, y se completan con capiteles corintios. La decoración es de caracter eucarístico, entre sarmientos, hojas de parra y racimos de uva.
El santuario está rodeado de pequeñas viviendas, todas ellas propiedad de la hermandad. Son alquiladas mediante subastas y en ellas viven algunas familias por temporadas. Desde lo alto del cerro nos encontramos con vistas tan bonitas cómo la que se muestra abajo, del Campo de Calatrava.
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