Ya cercanos a la Semana Santa, hoy visitamos la iglesia de las Santas Justa y Rufina de Toledo, templo alma mater de esta celebración toledana.
Se encuentra situado en el corazón del recinto histórico, muy cercano a la plaza de Zocodover. Se trata de una de las parroquias mas antiguas de la ciudad, ya que se cree fundada por el rey Atanagildo en torno al año 555. Es una de las parroquias consideradas mozárabes, manteniendo este rito en la actualidad. Su portada es de piedra de estilo clasicista del siglo XVII y en ella podemos ver restos de un arco de herradura y una pilastra visigotica, que también podemos observar en el interior.
En esta fachada también podemos observar una inscripción en lengua árabe que alude a la consagración de la iglesia. A ambos lados, dos columnas con capiteles jónicos y sobre la portada, dos hornacinas con las imagenes de las santas titulares, Justa y Rufina, patronas del gremio de los alfareros y naturales de Sevilla.
El interior de la iglesia es de plata de cruz latina. Es fruto de una restauración sufrida en el siglo XVI y en la que probablemente intervino Covarrubias. En ella destacamos el bello artesonado de madera de estilo mudejar y el lienzo del altar mayor, obra de Agustín Esteve de en torno a 1800.
Como comentabamos al inicio, esta iglesia tiene mucha importancia por ser la sede de varias cofradias de la semana santa toledana, algunas de mucha antiguedad, como la de la Santa Caridad, que procesiona el martes santo con el Cristo de la Misericordia y Soledad de los Pobres.
Este templo también acoge a las hermandades de la Virgen de la Soledad, Virgen de las Angustias, Santo Descendimiento y a los Capítulos de Caballeros Mozárabes y del Santo Sepulcro que conforman la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo
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