martes, 10 de mayo de 2011

Cruces de Mayo


Durante el mes de Mayo se da lugar a una de las tradiciones manchegas más arraigadas. Se trata de la fiesta de las cruces. En sitios cómo Ciudad Real, la noche del 30 de abril, los grupos folklóricos cómo Mazantini o Virgen del Prado van a cantar a las diferentes cruces que se instalan por la ciudad, para acabar a las 12:00 de la noche ante el camarín de la Virgen del Prado para cantarle los mayos a la patrona.


Pero si hay un lugar dónde existe la tradición de las cruces, es en Piedrabuena. Esto se remonta a cuando, antiguamente, los mozos que realizaban las labores del campo y se quedaban a dormir en las quinteras durante ese mes, bajaban al pueblo a cantarle a las mozas. Esto se conocía cómo "rondar". También cantaban a Cristo, a la Virgen y a la Cruz. Uno de ellos, que era el llamado costalero, iba pidiendo con un costal al hombro, mantecados, rosquillos...


La noche de los mayos, los grupos mayeros van con sus guitarras, laúdes, bandurrias y otros instrumentos a cantarle a la virgen, y después al patrón de Piedrabuena, el Cristo de la Antigua. Después los grupos se separan y recorren las calles del pueblo cantando el "mayo ventanero". Al atardecer del día dos, los mayeros, en la puerta principal de la iglesia, cantan el Mayo a la Santa Cruz. Después vuelven a cantarle el mayo al patrón de Piedrabuena para más tarde visitar las diferentes cruces.


Las cruces se realizan por tradición o promesa entre las familias, amigos, peñas... que empiezan a elaborarlas un mes antes. Existen dos tipos de cruces: las de brezo, que se construyen con elementos vegetales cómo el musgo o el tomillo, y las de tela, que se realizan con raso, seda, algodón...


Las cruces de brezo comienzan a realizarse a finales de marzo o principios de abril, durante unas cinco horas diarias. Se suelen elaborar entre 5 - 6 personas, aunque son muchas más las que van a recoger el brezo al monte de Piedrabuena. El tamaño de la misma varía según el lugar en el que se ubica. El techo se suele realizar con forma de bóveda. El armazón consiste en puntales de madera, atravesados por tablones sobre los que se colocan las redes metálicas. Con piedras o cajas se le da la forma que se quiere al altar, dejando el espacio para la charca de agua, en la que podremos ver vegetación cómo los helechos, eneas, nenúfares... En la charca también se podrán ver peces cogidos para este fin en el río Bullaque.


La cruz se coloca en lo más alto del altar, y es típico verlas también en el interior de cuevas. Por el suelo se esparcirá tomillo y ajedrea que inundará de aroma la estancia. Otro de los elementos más característicos de las cruces de brezo, son las cascadas.


Las cruces de tela son más eucarísticas, estando presentes en ellas elementos cómo el cáliz, el pan, las uvas, y diferentes imágenes religiosas. Se suelen adornar con claveles, orquídeas o gladiolos. Es costumbre realizarlas en la habitación de la casa más cercana a la puerta, y hasta el techo es elaborado con tela, a base de bastidores. El mismo consiste en colocar  las varetas y las sábanas que forman el cielo raso o techo de la cruz. Cómo las sábanas no tienen la misma anchura que la habitación se suelen coser cuatro, casi siempre de color blanco, y se acoplan a las varetas mediante alfileres de esta forma se constituye el cielo raso, liso, sin adornos de ningún tipo.


Las paredes son adornadas con cortinas, también enganchadas con alfileres entre ellas y al mismo techo, y los colores más utilizados suelen ser el blanco, ocre, salmón, amarillo, violeta... Para tapar todos estos alfileres se pone un remate, consistente en una tira de tela bordada, de ganchillo o encaje. Los altares se elaboran desde el suelo, utilizando diferentes motivos y combinándolos con telas. Se pueden ver varios floreros con flores naturales, así cómo candelabros e imágenes de santos. La cruz presidirá todo ello.


Por el suelo se esparce tomillo o romero, y los dueños se sientan en los sillones o sillas que colocan en los laterales mientras reciben a los visitantes.


Durante todo el día las cruces son expuestas para que pueda verla todo el que quiera. Es el mes con más esplendor de Piedrabuena, por ello el ayuntamiento prepara diversas actividades, cómo conciertos, exposiciones, etc. Sin duda, otra de las tradiciones de La Mancha que merece la pena conocer.

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